En la última jornada del juicio el defensor particular Pablo Barrionuevo solicitó la absolución de su representado, el policía Juan Francisco Barrera, por el “beneficio de la duda”. Sostuvo que los hechos imputados “no fueron probados” y que su cliente estuvo en su casa la madrugada de la desaparición de Solano. Para el caso de que el Tribunal igualmente decida condenar a Barrera, el defensor se opuso al pedido de prisión preventiva formulado por la Fiscal Teresa Giuffrida afirmando que el plazo de la medida cautelar se encuentra agotado y que la caución real oportunamente depositada por el imputado resulta “garantía suficiente” para neutralizar el riesgo procesal.
A su turno el Defensor Público Gustavo Viecens solicitó la absolución “lisa y llana” del imputado Pablo Roberto Quidel y, subsidiariamente, la absolución por el “beneficio de la duda”. Sostuvo que los hechos atribuidos por las partes acusadoras no fueron acreditados ni tampoco lo fue la participación de Quidel en los mismos.
Por último, los siete imputados hicieron uso de su derecho a manifestar las últimas palabras del juicio y todos se declararon inocentes, negando las acusaciones que pesan en su contra y haciendo las consideraciones que estimaron necesarias para la instancia final del proceso.