El juez Federico Corsiglia afirmó que el principio general, no libre de excepciones, determina que se presume la culpa grave del conductor de un rodado cuando embiste a un peatón. “El conductor de un rodado debe prever el accionar de los peatones en virtud de la intrínseca peligrosidad del automotor que guía. Y sólo debe considerarse que el peatón incurrió en culpa cuando ella resulte claramente justificada, de modo concreto y preciso. Pero a su vez como la culpa del conductor de un rodado entraña un grave riesgo para la seguridad y bienes de los demás mientras que la culpa del peatón en cambio, por lo general, no perjudica más que a sí mismo, la actividad de aquél debe apreciarse con mucha mayor estrictez que la de éste”, dice el fallo.
Recordó el magistrado que la jurisprudencia sostiene que: “En zonas urbanas, el conductor al aproximarse a las sendas de seguridad debe reducir la velocidad o detener el vehículo para ceder el paso a los peatones para que puedan seguir su marcha normal sin ser molestados”.
Al momento de determinar la responsabilidad del conductor sostuvo el juez que no guardó la debida atención en la conducción, máxime la mayor prudencia que se exige a quien realiza un giro hacia la izquierda, dado el riesgo que su conducta entraña, y por haber violado la prioridad de paso que le correspondía al peatón que circula por la senda peatonal o zona habilitada al cruce de calles.
La demanda prosperó en 710 mil pesos más intereses y deberá ser afrontada por el conductor y su aseguradora.