Según la acusación de la fiscalía, el hombre ingresó con un arma de fuego y le exigió la billetera a un cliente. Como esa persona alcanzó a salir del local, rompió un mostrador de vidrio con la pistola y exigió la recaudación. Salió a la vereda con 17.300 pesos y se subió a una moto color azul. El conductor aceleró y escaparon del lugar.
Sin embargo, como el robo ocurrió durante la tarde varios testigos observaron la secuencia. Incluso uno de los transeúntes reconoció al ladrón y aportó datos a la policía.
A esas circunstancias se le sumó la declaración de la víctima, del cliente y de los suboficiales que trabajaron recolectando prueba en el local.
El hombre, identificado como Brandon Martín Lizama, fue detenido y le dictaron prisión preventiva. En la audiencia de control de acusación, la fiscalía le propuso al defensor particular la realización de un juicio abreviado.
El imputado aceptó, reconoció haber participado del robo y fue condenado a la pena de cinco años y seis meses de prisión. Esa condena fue producto de una unificación puesto que el hombre arrastraba penas en suspenso por hechos cometidos tanto en Río Negro como en Neuquén.
El juicio abreviado
Es una modalidad de juzgamiento que permite llegar a una condena mediante un acuerdo entre el acusado, la defensa, el fiscal y la víctima. Es una herramienta que aporta celeridad y economía al proceso penal. Una solución rápida y consensuada del conflicto.
El imputado debe reconocer su participación en el delito y aceptar la pena que le proponga la fiscalía. Para llegar al acuerdo se hace una audiencia oral y pública con todas las partes. En el mismo acto el juez o jueza evalúa la propuesta. Puede aceptarla y dictar la condena o rechazarla.
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