El punto central, a la hora de fijar o no indemnizaciones, era establecer el grado de responsabilidad de cada actor: el chacarero por el accionar intempestivo y el conductor por no haber elegido una opción que no fuera tan riesgosa. Finalmente, el Tribunal dispuso culpas de un 70 por ciento para el dueño del predio y 30 por ciento para el automovilista, que deberá afrontar un resarcimiento.
Dos versiones
En el inicio de la demanda, el dueño del predio consignó que estaba en su casa cuando advirtió la presencia, en las inmediaciones, de un auto Renault Megane. Alertado por otros antecedentes de inseguridad salió al cruce de ese coche, que se encontraba en una calle rural sin salida.
El conductor del Renault aportó otra versión sobre los hechos. Aseguró que estaba paseando con su novia por la zona rural cuando notó que había tomado una calle que terminaba en un canal de riego. No tenía espacio para dar la vuelta, entonces encendió la luz alta y circuló unos metros marcha atrás. Después maniobró para retomar el rumbo y fue en ese momento que un hombre se le vino encima del auto, saltó sobre el capot y le pegó una patada al parabrisas. Después corrió sobre el techo del coche.
El caso tuvo una primera resolución en primera instancia, donde el chacarero fue responsabilizado. Pero tras su apelación el tribunal que revisó las actuaciones distribuyó las culpas y ordenó una indemnización al trabajador rural.
Conductas riesgosas
Se consignó que el demandado estaba circulando por una calle pública, en compañía de una mujer, y se les presentó de manera imprevista el dueño de la chacra. Como el hombre se colocó frente al rodado, el conductor, al sentirse amedrentado tomó una decisión. “En lugar de seleccionar una posible maniobra elusiva útil, reaccionó avanzando, aproximándose al actor, al tiempo que este saltó sobre el vehículo”, generándole lesiones, surge de la sentencia.
En función de esa secuencia, la responsabilidad fue adjudicada en mayor medida al chacarero “por haber sido su accionar intempestivo y amenazante, lo que puso en marcha la situación anómala, o sea fue su conducta el disparador del siniestro”.
El damnificado acreditó distintas secuelas físicas que le provocaron incapacidad laboral, daño psicológico y daño moral. Como el chacarero sufrió distintas lesiones, con este nuevo fallo el conductor del automóvil deberá indemnizarlo por la suma de 828.006,48 pesos.