Según se acreditó, la madrugada del 17 de julio de 2021, el autor y la víctima, Lucas Daniel Torres, caminaban por el canal de riego que corre por la margen norte de la Ruta 22, a la altura del kilómetro 1196. Por razones que no se pudieron confirmar, allí lo atacó a golpes en la cabeza con un elemento contundente. Luego lo asfixió con unos cordones y un pantalón, abandonó el cuerpo debajo de un puente y escapó del lugar. Diez días más tarde fue detenido en un allanamiento y desde entonces se encuentra detenido.
En la instancia de juicio abreviado, la fiscalía reformuló la acusación y encuadró el caso en el delito de homicidio simple. Fiscalía y Defensa presentaron al Tribunal de Juicio un acuerdo pleno por el hecho, la calificación legal y por una pena de 10 años de prisión. Consultado por los jueces, el imputado dijo que estaba conforme con el acuerdo y reconoció haber sido el responsable del homicidio.
En la audiencia la fiscalía enumeró la evidencia colectada, con múltiples testimonios de personas que aquella noche habían visto a los dos jóvenes juntos, compartiendo con ellos bebidas alcohólicas, y que recordaban que ambos estaban en estado de ebriedad.
En el mismo proceso, el imputado fue declarado culpable del delito de violación de las medidas para impedir la propagación de una epidemia, a raíz de un proceso que se había iniciado antes del homicidio, cuando efectivos policiales de la zona norte de Allen lo interceptaron circulando sin justificación ni permiso de circulación en pleno período de aislamiento obligatorio por la pandemia de Covid.
Ambas acusaciones se unificaron con otra violación a las normas sanitarias ocurrida en Cipolletti, por la cual el joven ya había sido condenado en aquella ciudad. Así, se definió una pena total unificada de 10 años y 6 meses de prisión por los tres delitos.