Sep 09, 2024 Última actualización 12:03 PM, Mar 9, 2023

Homicidio de Eduardo Carnero: prisión perpetua para los dos imputados

Publicado en Generales
Visto 1624 veces
Valora este artículo
(0 votos)

La Sala B de la Cámara en lo Criminal de Viedma condenó hoy a Juan Manuel Fernández y a Gonzalo Javier Díaz a la pena de prisión perpetua, por el delito de homicidio doblemente agravado de Eduardo Carnero.

En el mismo fallo desestimó los pedidos de nulidad realizados por la defensa de los imputados. Ambos continuarán en prisión preventiva en la modalidad actual.

De esta manera, el Tribunal -presidido por Ariel Gallinger e integrado por la Dra. Sandra Filipuzzi y el Dr. Gustavo Guerra Lavayén-, coincidió con el pedido del Fiscal Fabricio Brogna y de la Querella, a través de su asesor letrado Miguel Cardella, para que se los condene a prisión perpetua.

El hecho ocurrió el 18 de abril de 2014, cuando según la imputación “y con el fin de apoderarse ilegítimamente de elementos de propiedad de Eduardo Rodrigo Carnero” concurrieron a su domicilio de calle Belgrano al 400, ingresaron aprovechando la confianza dada por la frecuencia de trato con la víctima y “a traición, aprovechando que Carnero se encontraría durmiendo sobre su cama” lo golpearon en la cabeza y el rostro con un trozo de madera, causándole heridas que culminaron con su fallecimeinto.

Entre las pruebas recolectadas en la etapa de instrucción se destacan “rastros de pisadas de los imputados en el lugar del hecho, huellas con sangre y secuestro de las zapatillas de ambos imputados con manchas de sangre humana; los trozos de madera secuestrados con rastros de ADN de la víctima y de los dos imputados, ambos con manchas hemáticas (por salpicadura y por contacto), informe de autopsia que describe que las lesiones son compatibles con los trozos de madera secuestrados”.

El fiscal destacó negativamente “la actitud posterior al hecho, al intentar vender el teléfono celular de la víctima, la reseña de llamados telefónicos y el informe de la OITEL que analiza cruces de dichas llamadas”, así como la falta de “remordimiento ni arrepentimiento en los encartados”.

Familiares y allegados estuvieron presentes al momento de la lectura.

 

MÁS LEÍDAS