Tras escuchar la declaración de la víctima, quien actualmente tiene 22 años, de las profesionales del hospital Francisco López Lima que asistieron a la mujer tras la agresión y de la madre del imputado, la Fiscal Jefe Graciela Echegaray solicitó en su alegato que el imputado L.C., de 27 años y actualmente detenido, sea condenado a 18 años de prisión como autor del delito de "tentativa de homicidio calificado por el vínculo y por haber mediado violencia de género, en concurso real con amenazas y coacción".
Por su parte el defensor particular Walter Carrasco solicitó la absolución de su asistido, negando la existencia del delito que se le atribuye, y planteó como segunda opción que el mismo sea condenado únicamente por el delito de lesiones leves.
El imputado, a su turno, hizo uso del derecho de mantener silencio.
La sentencia del Tribunal se conocerá el 13 de noviembre, al mediodía.
De acuerdo con la acusación formulada en el inicio del debate, el imputado primero habría intentado ahorcar a su pareja y luego la habría rociado con alcohol, prendiéndola fuego y afectando de esa manera parte de su rostro, el cuello, tórax y abdomen. Al momento del episodio se encontraba también en la vivienda un bebé de dos meses de vida, hijo de la pareja. Debido a la gravedad de las lesiones, la mujer fue trasladada primero al centro de salud de El Cuy y luego al Hospital de Roca, desde donde radicaron la denuncia penal ante la firme sospecha de que se trataba de un caso de violencia de género.
El segundo hecho que se imputa a L.C. habría ocurrido dentro del hospital, donde el imputado habría coaccionado a su pareja diciéndole "que si llegaba a hablar la iba a matar y cuando volviera a Mencué la iba a rociar con nafta".
Durante el proceso la defensa sostuvo la hipótesis de que se trató de un accidente doméstico con agua caliente, afirmando la inexistencia de delito alguno.
En el juicio declaró en primer término la víctima, quien describió el hecho investigado, narró otros episodios de violencia que habrían ocurrido con anterioridad, reprodujo el tenor de las presuntas amenazas y dio detalles del contexto en el que se desarrollaba la relación de pareja.
Luego declaró la enfermera que estuvo a cargo del cuidado de la joven y del bebé en el hospital y quien detectó el presunto sometimiento de la víctima respecto del imputado, poniendo en conocimiento a la situación a la licenciada en Trabajo Social del equipo del hospital. Esta última, quien también declaró hoy como testigo, fue quien se entrevistó con la víctima y radicó la denuncia penal que dio origen a la causa.
El último testimonio escuchado correspondió a la madre del imputado, quien viviendo en una casa contigua a la de la pareja afirmó no haber visto ni escuchado nada particular la madrugada de los hechos.
Delegación de Comunicación Judicial
Segunda Circunscripción