Hoy quedó constituido el Tribunal de Impugnación, con la asunción de tres de los cuatro magistrados que fueron seleccionados por el Consejo de la Magistratura para conformarlo. El acto de jura fue presidido por el flamante presidente del STJ, Enrique Mansilla, quien hizo mención a algunos de los ejes que priorizará en 2018.
Las juezas del STJ, Adriana Zaratiegui y Liliana Piccinini, formaron parte de la mesa principal junto al Procurador Jorge Crespo. Al acto asistieron ministros, legisladores, magistrados, funcionarios y empleados judiciales, además de una gran cantidad de familiares y allegados a quienes asumían.
Mario Altuna, Miguel Cardella y Adrián Zimmermann asumieron en el Tribunal de Impugnación. También lo integrará Rita Custet, actual Defensora General, pero más adelante para no debilitar al Ministerio Público. La convocatoria para su reemplazo, al igual que el del Fiscal General Marcelo Álvarez, ya fue realizada.
También juró como Juez de Juicio Carlos Mussi y en el fuero Civil, Laura Krotter juró como Defensora de Menores e Incapaces y Marina Verdinelli y María Eugenia Finkelstein lo hicieron como Defensoras Adjuntas del Fuero Civil.
En su alocución, del Dr. Enrique Mansilla dio la bienvenida al flamante Procurador General, Jorge Crespo. Tuvo palabras para el responsable del Ministerio Público: “estoy convencido que vamos a trabajar de la mejor manera, unidos por un objetivo común, que es el mejor servicio que podamos llegar a prestar. No solamente es un anhelo y un compromiso, sino también es un imperativo frente a lo que nos está reclamando la sociedad”.
Agregó que “es un día histórico, de gran relevancia institucional, porque queda constituido el Tribunal de Impugnación. Es un paso más en este nuevo sistema penal que se inició el 1 de agosto del año pasado. Un sistema que ya empieza a mostrar sus frutos, aún con un análisis prematuro”.
Respecto a quienes asumen, aseguró que “es importante la mirada de quien viene de afuera, complementa a quienes han transitado su vida profesional en el Poder Judicial”.
Premisas para 2018
Al referirse al año judicial, aseguró: “hoy inicio mi presidencia. Es la segunda, pero con más experiencia, con otro bagaje, así que espero que sea mucho más rica, mucho más nutritiva que la de 2013. Anhelo que sea provechosa para el Poder Judicial”.
Al referirse a algunos aspectos a desarrollar en 2018, mencionó tres ejes: la gestión, la comunicación y la capacitación.
“La gestión, a través de la planificación, la implementación de los programas que se planifican y la revisión de los resultados. Se trata de un proceso de mejora permanente, que no debe parar”, explicó.
“La comunicación institucional, hacia adentro y hacia afuera. Hacia adentro, necesitamos conocernos, saber qué está haciendo otra área, porque es la mejor manera de valorar el trabajo. Para afuera, para seguir acercándonos a la gente, para que sepan qué hacemos, como lo hacemos, qué respuestas damos. El Poder Judicial es mucho más que entre una demanda y salga una sentencia”, afirmó el presidente del STJ.
“Hablo de la Justicia de Paz, de los centros judiciales de mediación, de nuestras casas de Justicia, de los organismos auxiliares, de nuestra Escuela de Capacitación Judicial. Acercarnos a la gente es, además, un imperativo de la Carta de de Derechos de los Ciudadanos de la Patagonia ante la Justicia”, añadió.
Finalmente, se refirió a “la capacitación, como tercer eje. Este año principalmente debemos ocuparnos de la concientización de los juicios por jurado, porque en un año estaremos implementándolo. Tenemos que acercarnos a la gente, porque el año que viene serán los ciudadanos los que estén tomando las decisiones de tanta importancia como son los casos más graves en materia penal, respecto a la culpabilidad o inocencia de los imputados. Tiene que se este un año clave en este sentido y creo que la Escuela de Capacitación esta absolutamente comprometida en este camino”.
Más adelante, el juez Mansilla destacó la solución alternativa de conflictos, como la mediación, la facilitación, el arbitraje, la conciliación: “hoy lo lógico sería transitar por estas soluciones construidas por la gente, que son las que verdaderamente pacifican, y en todo caso lo residual debería ser el juicio, la última instancia”.
Por último, se refirió al proceso ya iniciado con el plenario del Consejo de la Magistratura el año pasado para modificar la ley que la rige: “Estamos trabajando para no hacer tan traumático el proceso de selección para los postulantes y también para el Poder Judicial. Un mecanismo de varios meses resiente el trabajo cotidiano de quienes están en función y quienes están ejerciendo la profesión. Estamos trabajando para simplificar los concursos, para darle mayor celeridad, siempre respetando la más absoluta transparencia, que es lo que nos ha caracterizado”.
En este marco, sostuvo que “en estos años hemos tenido participación en las reuniones de Fofecma (Foro Federal de Consejos de la Magistratura y Jurados de Enjuiciamiento) y la verdad es que nuestro Consejo de la Magistratura es un ejemplo. Es un ejemplo en cuanto a la integración, sin perjuicio que se pueda evaluar -con una reforma constitucional- una integración diferente; y el funcionamiento ha sido siempre con la más absoluta transparencia”.