Al momento de recurrir la sentencia, la defensa alegó que la cámara Gesell de la niña había sido “sobredimensionada”.
Dice el fallo del STJ que confirmó la condena: “luego de visualizar en esta sede su declaración a través del registro audiovisual de la cámara Gesell, no se puede más que coincidir con las apreciaciones del tribunal, que la estimó absolutamente creíble y clara, aún con las dificultades propias de su personalidad retraída como consignara la psicóloga encargada de la entrevista, ponderando su concordancia con las demás constancias de la causa”.
Según la acusación, el condenado aprovechaba su relación con la niña para manosearla – en la cocina o en la habitación – cuando se quedaban a solas o la abuela no podía verlos.
En un primer momento el STJ rechazó un recurso de queja por casación denegada. Y luego, en otro fallo, denegó el recurso extraordinario federal. Antes de que la sentencia se considere firme, la defensa puede interponer una queja ante la Corte Suprema.