En ese momento la pena fue unificada con otra condena de la Cámara Primera por robo agravado cometido con arma de fuego, en poblado y en banda. En total debía pasar cuatro años en un penal de la provincia.
Sin embargo, cuando el hombre estaba por recuperar la libertad, su expareja – la misma que había sido víctima de las lesiones en 2014 – hizo declaraciones en los medios de comunicación de la zona y visibilizó el caso.
Luego recibió un llamado telefónico amenazante por parte de Figueroa, que en ese momento estaba cumpliendo condena en el penal de Viedma. En esa conversación le exigió que dejara de hacer manifestaciones en los diarios.
La víctima estaba acompañada por otra mujer que escuchó la conversación y declaró en el juicio.
En el debate quedó acreditada la amenaza, Figueroa fue declarado responsable y en el juicio de pena se le aplicó un año y seis meses de prisión. Pero en la unificación el total de la pena fue de cinco años y dos meses de cárcel efectiva.
Como medida cautelar, el juez que llevó adelante el debate le impuso la condición a Figueroa de no residir en un radio menor a 200 kilómetros de Cipolletti para el caso de que obtenga beneficios extramuros o hasta tanto la sentencia no adquiera firmeza.
El delito de amenazas que se le reprochó a Figueroa tiene una escala penal prevista que va desde los seis meses hasta los dos años de prisión.