Debido a que la pena impuesta hoy no se encuentra firme, el hombre permanece detenido cumpliendo prisión preventiva bajo la modalidad de arresto domiciliario.
De acuerdo con la acusación que sostuvieron en el juicio la fiscal del caso y el abogado querellante que representó a la víctima, los abusos sexuales ocurrieron entre comienzos de 2019 y febrero de 2020 y consistieron en tocamientos, rozamientos y comentarios obscenos, todos cometidos contra la voluntad de la mujer, cuando ella se encontraba trabajando en el interior de los locales que pertenecían a la organización conducida por el imputado.
En la sentencia de cesura que se conoció hoy, el Tribunal explicó las circunstancias agravantes y atenuantes que tuvo en cuenta para determinar el monto de la pena.
Como agravantes, la jueza Verónica Rodríguez y los jueces Gastón Martín y Alejandro Pellizzón destacaron que “el delito de abuso sexual simple es un delito sumamente grave” y que es “un delito de género”. “Más allá de la situación de preeminencia y poder del señor Báez respecto de la víctima, ha quedado debidamente acreditado -juicio mediante- el contexto de violencia de género en el cual estos hechos se habrían producido”, precisó el Tribunal.
“Estos tocamientos de carácter sexual en el cuerpo de la víctima fueron reiterados en el tiempo, y uno de ellos fue en presencia de una testigo mujer, constituyéndose en un acto doblemente abusivo por humillante”, agregaron.
El Tribunal consideró que el hombre “abusaba de su situación de poder y de la situación de necesidad de su víctima; abuso que se encontraba naturalizado dentro de la organización tanto por hombres como por las mujeres, a quienes -no tengo dudas-, no les quedaba otra alternativa más que aceptar el denigrante y abusivo trato a cambio de una caja de comida”.
Para los jueces, el imputado la “atacó sexualmente aprovechándose de cada oportunidad que ha tenido para hacerlo, no sólo en soledad sino también frente a terceros. Hasta que finalmente pudo ella denunciar a su agresor, con las consecuencias personales, emocionales y físicas que persisten a la fecha”.
El hombre cumplía una condena de dos años y medio de prisión condicional, dictada en agosto de 2020 por otros delitos. Con la sentencia dictada hoy, aquella primera condena que era “en suspenso” se convirtió en condena “efectiva”, puesto que expresamente se revocó la condicionalidad. Así, ambos antecedentes se acumularon en una pena única de cuatro años de prisión efectiva.